sábado, 28 de febrero de 2015

Educar en la prevención del consumo de sustancias.

Uno de los principales temores a los que se enfrentan todas las familias cuando sus hijos e hijas comienzan a hacerse mayores es el consumo de sustancias tóxicas. Estos miedos cobran aún más fuerza cuando comprobamos que no se trata de un problema relacionado exclusivamente con las clases marginales.
Imagen del artículoLos jóvenes en edad escolar constituyen uno de los grupos con mayor riesgo a caer en el consumo de sustancias tóxicas, ya sea tabaco, alcohol u otro tipo de drogas. Esto es debido a que la creciente necesidad de autonomía que experimentan los adolescentes les lleva a rechazar la protección de los adultos y a enfrentarse a situaciones y conductas de riesgo que pueden representar una grave amenaza para su desarrollo. Según los estudios, la mitad de los jóvenes se inician en el hábito del tabaco y del alcohol antes de cumplir los 16 años. A partir de esa edad, el consumo puede aumentar hasta niveles muy altos.
Para que esto no llegue a suceder, familia y escuela deben colaborar para promover en los jóvenes los hábitos saludables a seguir, aunque la responsabilidad de los padres y madres es precisamente orientar a sus hijos e hijas para que éstos sepan cómo evitar las situaciones en las que alguien les incita al consumo de sustancias tóxicas. No hay que olvidar que los progenitores juegan el papel de mediadores en la conducta de sus hijos, y que tienen que participar e implicarse activamente. En muchas ocasiones, los jóvenes saben más acerca de las sustancias tóxicas, el tabaco o el alcohol que sus padres. En estos casos es conveniente que las familias que no están en situación de orientar a sus hijos intenten buscar más información sobre las drogas, sus efectos y consecuencias.
En la salud es siempre más rentable la prevención que el tratamiento, tanto en costes económicos como personales. Por ese motivo, algunas de las medidas que las familias deben tomar pasan por potenciar una educación que facilite el diálogo con los adolescentes, ayudarles a organizar el tiempo libre y facilitar que los menores se aficionen a la práctica de algún deporte o actividad de ocio dirigida especialmente a los jóvenes. De esta forma, los adolescentes verán el consumo de sustancias tóxicas como algo innecesario en sus vidas para pasarlo bien.
Primar el diálogo y la confianzaLos padres y madres deben saber que no basta con limitarse a dar una charla puntual, sino que deben educar a sus hijos de forma continuada, adecuando la información a la edad y nivel de conocimiento de los menores. Si los progenitores escuchan los problemas de sus hijos e hijas disminuyen las probabilidades de que éstos tomen decisiones erróneas. Por su parte, es importante que las familias confíen y crean en los jóvenes, puesto que es frecuente que los adolescentes deseen mostrar a sus padres que pueden confiar en las decisiones que tomen.
En las conversaciones que las familias mantengan con los jóvenes, padres y madres deben tratar de llevar la charla a la época actual y resaltar los aspectos positivos de no consumir sustancias tóxicas frente a los negativos. También es fundamental que expliquen muy claramente que el uso de sustancias nocivas siempre será un motivo de preocupación y angustia para las familias por el impacto negativo que su consumo tiene sobre la salud y que, en consecuencia, pondrán todos los medios a su alcance para prevenir y evitar que las consuman. Lo mismo ocurre con la elección de los amigos. En la mayoría de las ocasiones las compañías de los jóvenes influyen en mayor o menor medida en su comportamiento y los hábitos que desarrolla, motivo por el cual los padres y madres deben tratar cuanto antes de que sus hijos se relacionen con un grupo de amigos que desarrollen hábitos de conducta saludables y conocer su círculo de amigos en la medida de lo posible.
No está de más que los familiares supervisen la conducta de los menores, precisamente la falta de control es uno de los factores de riesgo junto con la escasa presencia de normas, las pautas de disciplina muy severas, unos vínculos afectivos débiles entre padres e hijos o la falta de comunicación. Todo ello sin olvidar ser un buen modelo de conducta. Por ejemplo, las estadísticas apuntan a que los niños y niñas cuyos progenitores fuman o beben son más propensos a terminar fumando o bebiendo.
Medidas preventivas:
  • Las familias deben informar a los jóvenes acerca de las consecuencias del consumo de sustancias tóxicas.
  • Los progenitores deben tener conversaciones periódicas con sus hijos e hijas y escuchar sus problemas.
  • Los padres y madres deben resaltar los aspectos positivos de no consumir sustancias tóxicas.
  • Las familias deben supervisar la conducta de los menores.
  • Es recomendable conocer el círculo de amistades de los hijos e hijas. Una manera sencilla es invitar a los amigos en alguna ocasión a casa.
https://www.youtube.com/watch?v=EGtfxUNOwCk

viernes, 27 de febrero de 2015

El consumo de sustancias adictivas, un problema de salud pública

El consumo de sustancias adictivas, un problema de salud pública

Uno de los grandes problemas que afectan a las sociedades de nuestro tiempo es el consumo de diferentes sustancias adictivas, las cuales dañan la salud de quienes las consumen, además de afectar a sus familias, a las personas con las que conviven y a las comunidades a que pertenecen. Por eso, el consumo de sustancias adictivas nos concierne a todos y no sólo a los directamente involucrados; es decir, las adicciones son un problema de salud pública.
En esta lección tendrás oportunidad de conocer, en particular, las características de algunas adicciones, analizando la variedad de enfermedades y de problemas personales y sociales que provocan. Asimismo, podrás reflexionar sobre algunos de los factores que contribuyen a construir una vida plena sin adicciones.
¿Qué es la adicción?
Como estudiaste en tu libro de Ciencias Naturales de quinto grado, cuando una persona se vuelve adicta a alguna sustancia pierde el control sobre su consumo, aunque no esté consciente de ello, y su cuerpo requiere esa sustancia en cantidad cada vez mayor y con más frecuencia.
El consumo de una sustancia adictiva o droga altera la capacidad de actuar y decidir libre y responsablemente. El daño que puede producirle a quien la consume depende de cómo afecte esa sustancia su salud y de las consecuencias emocionales y sociales que le provoque. Cada individuo tiene una constitución genética diferente, por lo cual, la reacción a las diversas sustancias adictivas varía de una persona a otra. Por lo mismo, tampoco es posible predecir qué cantidad de sustancia y qué tiempo de uso se requieren para causar una adicción. Lo que sí se sabe es que, en muchos casos, basta con muy poca cantidad.
No existe una causa única que provoque el consumo de drogas y la adicción. Es un problema muy complejo en el cual intervienen diversos factores, estrechamente ligados entre sí. Éstos son de tipo personal, familiar y social. Sin embargo, cada persona tiene la posibilidad y la responsabilidad de cuidar su salud no consumiendo sustancias nocivas.
Una parte del cuidado de tu salud física y mental le corresponde a tus padres, a las personas que te quieren, a la escuela y a la sociedad, aunque lo más importante del cuidado de tu salud es responsabilidad tuya. Si decides hacer todo lo que esté de tu parte para vivir una vida plena y sana, te será más fácil evitar las adicciones.
Una manera de evitar las adicciones es estar informado. Por eso, a continuación analizaremos algunos factores que influyen en una persona llevándole a consumir sustancias nocivas para su salud, así como las características particulares de algunas de estas sustancias que causan adicción: el tabaco, el alcohol y los enervantes.
Factores que influyen
en el consumo de sustancias nocivas
En la adolescencia se viven múltiples cambios que pueden poner al adolescente en riesgo de iniciarse en una adicción.
Te preguntarás quién puede querer dañar su salud. Muchas personas lo hacen por ignorancia, pues desconocen los efectos dañinos de algunas sustancias que consumen. Sorprendentemente hay personas que aun sabiendo que tales sustancias hacen daño, creen no estar expuestas al riesgo de sufrir las consecuencias que representan para su salud física y mental.
En general, la población joven es la que está más expuesta al riesgo de consumir estos productos. De ahí que muchas de las personas adictas a una sustancia nociva comenzaran a consumirlas durante la adolescencia. Una de las razones de ello, como estudiarás más adelante en la lección 19, es que en esta etapa se viven múltiples cambios que a veces inquietan o confunden y que pueden poner al adolescente en peligro de iniciarse en una adicción. Este riesgo se acrecienta por el hecho de que, en algunas de las actividades que realizan los adolescentes y en los lugares que frecuentan, hay en ocasiones otras personas de su edad o mayores que consumen drogas y que los pueden alentar o presionar para que inicien el uso de sustancias nocivas. 
Esto lo saben quienes comercian con drogas y por ello intentan inducir especialmente a los jóvenes desde temprana edad para que las consuman y, en muchos casos, lo logran.
Otras veces, los adolescentes se inician como consumidores por curiosidad, por querer imitar a otras personas, para ser aceptados como miembros de un grupo, o bien como un desafío a sus mayores o a la sociedad. En otros casos, el consumo puede estar asociado con la falta de estimación por uno mismo, la soledad, el abandono, el maltrato o la ausencia de comunicación en la familia.
Muchos consumidores lo hacen como una supuesta solución a sus problemas, pero ésta es una salida falsa pues esos problemas no sólo no desaparecen, sino que se agravan ante el riesgo de una adicción y los efectos que ella puede desencadenar, como dañar al propio cuerpo y obstaculizar el logro del desarrollo personal y social.
Las personas que usan estas sustancias, aunque sea una vez, lo hacen pensando que van a poder controlar la cantidad de droga que consumen; pero en realidad es muy fácil perder el control y no darse cuenta de que se ha perdido. Piensan que las adicciones les ocurren a los demás y que ellos están a salvo. Esto es muy frecuente entre los adictos, a quienes toma tiempo reconocer y aceptar que tienen un problema muy serio.
Iniciarse en el consumo de una droga es un riesgo para cualquiera, por lo que se debe estar informado y preparado para evitarlo. A continuación analizaremos las características particulares de las adicciones a ciertas sustancias.
Tabaquismo
El tabaco es una planta originaria de América. Sus hojas se han fumado desde hace varios siglos, pues se pensaba que éste era un hábito sin riesgos. Recientemente, hace unos 20 años, se comenzaron a conocer con precisión sus efectos nocivos; hoy se sabe que fumar daña la salud del fumador y de quienes lo rodean y que causa adicción. A esta adicción se le conoce como tabaquismo y cada vez hay más campañas para combatirla.
El enfisema pulmonar es una enfermedad incurable que debilita los pulmones hasta atrofiarlos.
El tabaquismo es un problema muy extendido en el mundo. En la República Mexicana, más de 15 millones de personas fuman y una cantidad casi igual lo hizo alguna vez. Es decir, que aproximadamente 30% de los mexicanos se ha visto en algún momento afectado por el tabaco. De éstos, más de la mitad son hombres, muchos de los cuales empezaron a fumar entre los 10 y los 16 años, ya sea por curiosidad o por imitar a los adultos, los amigos o los compañeros. Las personas con tabaquismo pueden desarrollar enfermedades graves como son la bronquitis, el enfisema pulmonar, afecciones cardiacas y cáncer.

La nicotina y el alquitrán en los pulmones

La nicotina y el alquitrán, que entran al organismo al fumar, se acumulan en los pulmones y con el tiempo los afectan.



¿Sabías que... el tabaco contiene una sustancia que se llama nicotina? Ésta es la responsable de que el fumador se vuelva dependiente del tabaco, es decir, que no pueda dejar de consumirlo. La nicotina es una de las sustancias más adictivas, porque, aunque se consuma en pequeñas dosis, produce muy rápidamente dependencia en las personas.
Como estudiaste en tu libro de Ciencias Naturales de quinto grado, el alcohol es una sustancia presente en bebidas como la cerveza, el pulque, el mezcal, el tequila y el vino, entre otras. Hay diversos tipos de alcohol, y sus efectos en el organismo son múltiples. Uno de ellos llamado metanol, que se usa para desinfectar, si se bebe, es extremadamente dañino y puede provocar ceguera e incluso la muerte.
El alcohol en el cuerpo daña principalmente el hígado, provocando una enfermedad mortal que se llama cirrosis.

Las bebidas mencionadas arriba contienen otro tipo de alcohol, el etanol, que es menos peligroso, pero si se consume en exceso puede dañar principalmente el hígado y el sistema nervioso. Las células dañadas van perdiendo la capacidad de llevar a cabo sus funciones.
Cuando una persona se excede en el consumo de bebidas alcohólicas, o las consume de manera cotidiana, puede desarrollar una enfermedad grave llamada alcoholismo. Ésta se caracteriza por la imposibilidad que tiene el alcohólico para controlar su manera de beber, su voluntad y sus actos. Por los efectos del alcohol, el alcohólico puede volverse irresponsable, necio, agresivo e incluso peligroso; tener problemas de salud física y mental; desarrollar una mala relación con los miembros de su familia, en su escuela, su trabajo y con la sociedad en general.
Hay organizaciones que ofrecen apoyo a personas de todas las edades para que superen su alcoholismo.
Un problema serio para la atención del alcoholismo es que, por lo general, la enfermedad tarda en ser detectada y la persona no solicita ayuda hasta una vez que el alcoholismo está muy avanzado. Sin embargo, existen terapias que ayudan al alcohólico a dejar de beber y, aunque es una enfermedad que no puede curarse, le permiten controlarla para que pueda reincorporarse a sus actividades y restablecer las relaciones familiares, o de otro tipo, que se vieron afectadas mientras bebía.
El avance del alcoholismo es gradual y la única manera de controlarlo es dejar de beber por completo. Por ello, las personas adultas que consumen bebidas alcohólicas deben ser prudentes y moderadas al hacerlo.
En México, en los últimos años el consumo de bebidas alcohólicas se ha extendido entre la población joven. Más de la mitad de los alcohólicos que han recibido tratamiento médico, con el fin de controlar su adicción, reconocieron haber empezado a beber antes de los 14 años de edad.
Aun cuando una persona no sea alcohólica, si de vez en cuando consume alcohol en exceso, corre riesgos que deben evitarse. Bajo el efecto de la bebida se altera el estado emocional y mental; la agudeza de los sentidos disminuye y las reacciones se vuelven más lentas. Por eso es tan peligroso que una persona que ha bebido maneje un vehículo, utilice herramientas o camine por las calles. En un porcentaje importante de los accidentes de tránsito, de trabajo o domésticos, alguien bebió más de la cuenta.
Tú debes saber que los efectos del alcohol son muy graves, especialmente en un organismo en proceso de crecimiento como el tuyo. Además, a tu edad hay riesgo de intoxicación y pérdida de control, aun con poco consumo. Por eso se recomienda que los niños y los adolescentes no consuman bebidas alcohólicas. Esta es la razón por la cual su venta está prohibida a menores de edad.
Enervantes
La mariguana contiene sustancias muy dañinas que afectan al sistema nervioso.
Como estudiarás a continuación, los enervantes o drogas como la mariguana, la cocaína, la heroína, el cemento, los solventes y otras más causan graves daños al organismo.
La mariguana proviene de una planta llamada Cannabis sativay, por ser de origen natural, muchas personas piensan que no es dañina. Esto es completamente falso. Se ha comprobado que su consumo provoca daños emocionales, pérdida de la memoria, alteraciones del sueño y, en general, disminuye la actividad cerebral. Además, sus efectos son acumulativos, porque aunque se consuma una dosis pequeña, ésta no se elimina del organismo inmediatamente y, días después, sigue produciendo alteraciones en las funciones cerebrales.
La cocaína es una droga peligrosa y destructiva que se extrae de la planta de la coca y provoca severos daños al sistema nervioso.
La cocaína es otra sustancia peligrosa y destructiva, cuyo consumo afecta principalmente al sistema nervioso: produce agresividad, delirios, alucinaciones visuales y auditivas. Esto hace que las personas intoxicadas con cocaína sean peligrosas para sí mismas y para los demás. Entre los principales problemas que provoca en el organismo, muchos de ellos irreversibles y difíciles de reparar, se encuentran algunas afecciones del sistema nervioso, 
La adicción a estos productos provoca daños muy graves en el cerebro, que pueden ser irreversibles.
del aparato respiratorio, de la capacidad reproductiva y daños severos a órganos como el cerebro, el corazón y los pulmones. En dosis altas su consumo es mortal.
Entre los jóvenes, particularmente cuando ellos ignoran los riesgos que implica para su salud, se ha extendido el uso del tíner, el cemento, la gasolina y otras sustancias de uso doméstico e industrial, como sustancias enervantes, aunque su venta está prohibida a los menores de edad.
La inhalación frecuente de estas sustancias provoca adicción y efectos muy serios e irreversibles para la salud. Además de la agresividad y violencia que se van generando entre los adictos a ellas, su consumo llega a incapacitarlos mentalmente, pues dañan el sistema nervioso y en especial el cerebro. Los adictos se ven impedidos para estudiar y superarse. Su uso provoca el desarrollo de enfermedades mentales, ceguera y, en muchos casos, la muerte.
Consecuencias de las adicciones
Cuando una persona usa alguna de estas sustancias y se vuelve adicta, cambia su manera de ser y se afecta su relación con los demás. También se siente culpable y se aísla, alejándose de su familia. El adicto es incapaz de realizar a plenitud sus proyectos, deseos y aspiraciones. Si el adicto es un adolescente, la pérdida de control sobre sí mismo y sobre sus actos altera su desarrollo emocional, lo que dificulta su proceso de maduración y, por tanto, su sentido de responsabilidad. Por ejemplo, un estudiante adicto, tarde o temprano, deja de asistir a clases y de cumplir con sus obligaciones escolares y familiares, lo cual, además, le ocasiona problemas personales, con sus maestros, con sus compañeros y con su familia. Las dificultades que enfrenta como resultado de su adicción y la necesidad de adquirir cada vez mayor cantidad de droga lo pueden llevar, incluso, a involucrarse en situaciones de violencia y a cometer actos delictivos, los cuales a veces se inician en el hogar con el robo de dinero u objetos, y pueden hacerse más graves. Muchos de los delitos que se cometen en México están relacionados con el consumo y el tráfico de drogas.
La buena comunicación con la familia y los amigos ayuda a tener una vida sana, física y emocionalmente, así como a prevenir las adicciones.
Quienes rodean al adicto también padecen consecuencias emocionales, sociales y económicas. En especial, sus familiares cercanos son los que enfrentan con mayor intensidad las consecuencias negativas que, en muchos casos, provocan rupturas e incluso violencia en la familia.
Las adicciones a sustancias nocivas pueden tratarse y controlarse, sobre todo si se detectan a tiempo. Los tratamientos son largos y requieren que el adicto ponga todo su esfuerzo y voluntad para superar su adicción. El adicto necesita, a su vez, apoyo y comprensión de quienes lo rodean para poder salir adelante. Existen profesionales y programas especiales para atender a los adictos y a sus familias que frecuentemente también requieren apoyo.
En nuestro país, tenemos leyes que prohiben la producción, la distribución y el comercio de drogas. Son leyes que imponen severos castigos a quienes se dedican a estas actividades, pues éstos incurren en los llamados delitos contra la salud. El gobierno, por medio de diferentes instituciones públicas, y con ayuda de algunas instituciones privadas, invierte grandes recursos para acabar con las drogas, dado que el consumo de estas sustancias adictivas representa un riesgo muy grande para la salud y la seguridad de la población.
Las leyes mexicanas marcan penas de hasta 40 años de prisión por cometer delitos contra la salud. Entre estos delitos se encuentran la producción, transporte, compra-venta y tráfico de sustancias nocivas ilegales.
Asimismo, el Ejército mexicano hace grandes esfuerzos para combatir el narcotráfico y la siembra de enervantes. Sin embargo, todas estas acciones no bastan. Cada persona, en lo individual, debe también hacer lo que esté a su alcance para erradicar las drogas: desde no consumirlas hasta no participar en acciones que tengan que ver con su producción, su venta o su distribución.
Uno de los factores que han incrementado la venta de drogas ilegales en todo el mundo es la fuerza que han adquirido los narcotraficantes, cuyo único interés es enriquecerse ilícitamente, sin importar el daño que provocan a los individuos a quienes inducen a consumir drogas, ni los trastornos que causan a la sociedad.
Es de interés para los narcotraficantes aumentar el número de personas involucradas en la distribución, venta y consumo de estas sustancias. Los jóvenes, en particular, deben estar alertas para no caer en las redes del narcotráfico, porque si lo hacen será prácticamente imposible para ellos y sus familias salir de ellas.
A continuación se presentan algunas recomendaciones que te pueden ayudar a evitar el consumo de sustancias adictivas:
  1. Rechaza la compañía y la influencia de personas que pretendan inducirte al consumo de sustancias nocivas y adictivas. Quienes buscan hacerte daño no son tus amigos, únicamente procuran un beneficio económico.
  2. No consumas drogas. Éstas dañan tu salud y pueden ocasionar que tengas accidentes, dañes a otros y transgredas las leyes. Esto no es señal de haber madurado, sino todo lo contrario, y tiene consecuencias que puedes lamentar el resto de tu vida.
  3. Recuerda que consumir drogas no sólo afecta al consumidor, sino también a su familia, a sus amigos y a la sociedad a que pertenece.
  4. Si bien hay sustancias adictivas cuyo consumo es legal, como las bebidas alcohólicas y el tabaco, debes tomar en cuenta que su venta a menores de edad es ilegal. Esto es así para proteger a los menores de un consumo que los perjudica.

jueves, 26 de febrero de 2015

Cuando la mujer está embarazada, es muy importante que viva saludablemente, que coma alimentos nutritivos, haga ejercicio y descanse lo suficiente. Todas las drogas ilegales, al igual que las legales como el tabaco y el alcohol, son peligrosas para una mujer embarazada, ya que pueden dañar su propia salud y la del feto, afectando el desarrollo prenatal. Algunos medicamentos también pueden representar un factor de riesgo, por lo que la mujer debe evitar consumirlos sin control médico, a partir del momento que sabe que está embarazada.
Algunas sustancias son dañinas durante todo el embarazo y otras sólo cuando se consumen en un periodo específico.


Diez primeras semanas: La formación de órganos.
Muchos de los órganos del bebé se forman en las diez primeras semanas de gestación, contadas a partir de la fecha de la última mestruación. Durante esta etapa, algunas drogas, como el alcohol, pueden causar deformidades en el desarrollo del corazón, las extremidades y las fracciones del feto.
El desarrollo prenatal a partir de la Onceava semana.
El feto comienza a crecer rápidamente después de la décima semana. Ciertas sustancias pueden afectar los órganos que todavía están en desarrollo, como los ojos y el sistema nervioso.
Alterar el desarrollo normal durante esta etapa, al consumir alguna droga, puede provocar que el bebé sea débil, pequeño y prematuro, con problemas de salud que requieran tratamientos especiales y hasta puedan causar la muerte a temprana edad.


El parto.
De forma similar, el parto puede complicarse debido a los efectos de las drogas, presentándose dificultades para la madre, así como a la salud del recién nacido.


Bebidas alcohólicas.
El alcohol es una de las drogas más peligrosas para la mujer encinta, especialmente al principio del embarazo; sin embargo, beber al final del embarazo también puede afectar el desarrollo del feto.
En el cuerpo de la mujer, el alcohol se transforma en sustancias dañinas que son absorbidas por el feto. Si la futura madre consume bebidas alcohólicas, aumenta el riesgo de que su bebé nazca con defectos, como el síndrome alcohólico fetal, que incluye distintos trastornos:  Formación de un cráneo pequeño, facciones anormales, retardo físico y mental. No se ha logrado determinar cual es la cantidad de alcohol que produce este efecto, y si el beber moderadamente puede llevar al desarrollo de este síndrome. Lo que ha quedado demostrado es que todo tipo de consumo representa un riesgo. Por eso, los médicos recomiendan que la mujer se abstenga de tomar bebidas alcohólicas desde que decide embarazarse, o por lo menos en el momento de saber que está encinta. Deben evitarse todas las bebidas que contienen alcohol, incluyendo la cerveza y los vinos.




















fumar durante el embarazo eleva el riesgo de un parto prematuro y de problemas de desarrollo del feto. La nicotina disminuye el apetito de la mujer durante la etapa en que debe subir de peso. Además, fumar reduce la capacidad de los pulmones para absorber oxígeno. El feto, privado de suficiente alimento y oxígeno, tiene mayores dificultades para formarse y desarrollarse normalmente.















Los estudios sobre el consumo de la mariguana por mujeres embarazadas lo asocian con los casos de bebés de bajo peso y partos prematuros.

Cocaína y otros estimulantes.
La cocaína incluyendo el crack y las drogas estimulantes en general, como las anfetaminas y sus derivados, reducen el apetito de la madre.
Al aumentar la frecuencia de los latidos del corazón y elevar la presión arterial se perjudica el desarrollo del feto; adicionalmente hay más probabilidades de un parto prematuro o de que la placenta se separe de la pared del útero causando una hemorragia.
Los bebés sufren de la misma dependencia a la droga que su madre adicta. Por eso, cuando nacen y dejan de recibir la sustancia presentan síntomas como temblores, insomnio, espasmos musculares y dificultad para mamar.

El tolueno, el solvente orgánico utilizado en las pinturas  y los pegamentos industriales, al ser inhalado puede causar deformidades semejantes a las provocadas por el alcohol. Con ciertas variaciones, todos los solventes orgánicos causan anomalías en los fetos.
Heroína y sus derivados.

El uso de estas drogas eleva el peligro de un parto prematuro, bajo peso al nacer, dificultades respiratorias, hipoglucemia y hemoorragias en los tejidos de la cabeza del bebé.
Como en el caso de la cocaína, los bebés de madres adictas sufren la misma dependencia que su madre, con síntomas de supresión como irritabilidad, vómito, diarrea y rigidez en las articulaciones.
Las mujeres que se inyectan drogas, si comparten jeringas con otros consumidores, pueden infectarse con el virus de la hepatitis o el SIDA, lo que obviamente pone al feto en riesgo de contraer cualquiera de estas dos enfermedades.

Muchos medicamentos tomados durante el embarazo tienen peligrosos efectos secundarios. sin embargo los beneficios para curar algún mal pueden superar estos riesgos, por lo que es de suma importancia que un médico supervise la administración.

martes, 24 de febrero de 2015

Consumo de sustancias nocivas en la adolescencia

- Consumo: 

El consumo de sustancias toxicas nocivas es muy frecuente y en especial en la adolescencia pues es cuando los jóvenes quieren experimentar ciertas situaciones y una de ella es la droga, debemos tener en cuenta que las drogas siempre en existido, al igual que su consumo, en la actualidad los distintos tipos de drogas se clasifican por los efectos que producen (ver video) en el sistema nervioso central.
El consumo de las drogas como el tabaco y/o el alcohol son muy frecuente pues este tipo de drogas es muy fácil de conseguir pues como son legales, las pueden consumir cuando quieran

Es muy importante que los jóvenes estén bien informados sobre las consecuencias que pueden traer el consumo de drogas como la cocaínaheroínahongos alucinógenos, entre otros.



- Medidas preventivas

Un estilo de vida saludable es la mejor medida de prevención para que los jóvenes no caigan en el consumo de drogas. Esto quiere decir que si un joven tiene una sana relación familiar, buena alimentación, hace ejercicio regularmente, toma agua, desempeña una actividad profesional, sea en el trabajo o en la escuela y tiene actividades recreativas, tendrá más herramientas para contrarrestar los factores del riesgo, que lo pueden llevar a una adicción. Sin embargo existen muchas circunstancias en la vida de cada persona que pueden provocar que caigan en la drogadicción, los expertos dividen estos factores en dos grandes rubros: los factores personales, son aquellas características de la personalidad que hacen propensa a una persona a caer en adicciones. Y los factores sociales que tienen que ver con la familia y el entorno en el que se desarrollan

También el medio en el que se desarrolla es muy importante ya que se ha comprobado que las comunidades que cuentan con buenos servicios de salud  y centros de apoyo a la Juventud, la enfermedad se propaga menos, gracias a que los jóvenes tienen acceso a información, con la que pueden conocer los daños que producen estas sustancias en su organismo, simplemente información para su salud.